Gracias a este científico la electricidad llega hoy a millones de hogares en todo el mundo, pero su nombre no es popular. Su gran rivalidad con Edison puede tener que ver con su falta de reconocimiento
Nikola Tesla
Según llegó a Nueva York, Tesla preguntó dónde estaban las oficinas de Edison. Y allí fue, a hablar con su futuro jefe: salió del despacho con un puesto de trabajo. Pero entre ambos no hubo una gran sintonía. Y poco después la animadversión acabaría en conflicto abierto. Edison defendía un modelo de negocio eléctrico basado en la corriente continua. Y había convencido ya a algunos inversores, aunque aún a una escala muy reducida: su sistema de distribución eléctrica, el primero en el mundo, arrancó en 1882 con 110 voltios de corriente continua y 59 clientes en Manhattan.
Tesla, en cambio, creía en un modelo basado en la corriente alterna. La pugna entre ambos pasó a la historia como «la guerra de las corrientes». Ganó Tesla con su modelo, mucho más eficiente. Gracias a él apretar hoy un interruptor ilumina nuestras casas. Pese a que la memoria histórica ha sido más benévola con otros inventores (Edison, Hertz, Volta...), el mundo debe mucho al enigmático Nikola Tesla.
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